¿Cómo Mejorar Memoria y Concentración? Guía Científica 2025

Mejorar memoria y concentración es esencial para afrontar los desafíos cotidianos, aquí exploraremos cómo mejorar estas…
Mejorar memoria y concentración es esencial para afrontar los desafíos cotidianos, aquí exploraremos cómo mejorar estas…

15 min de lectura

¿Olvidas detalles importantes o te distraes fácilmente? En esta Guía de Balance Spa, descubrirás técnicas validadas por neurólogos y suplementos con evidencia real para mejorar memoria y concentración. La ciencia revela que el 70% de los fallos de memoria se deben a hábitos cotidianos reversibles.

La Memoria y Concentración son capacidades fundamentales que nos permiten desenvolvernos eficientemente en la vida diaria. Mejorar memoria y concentración es esencial para afrontar los desafíos cotidianos, aquí exploraremos cómo mejorar estas habilidades, brindándote consejos y estrategias que pueden ser beneficiosas, desde recordar tareas pendientes hasta enfocarnos en proyectos importantes.

La memoria y la concentración son pilares clave para la productividad y el bienestar mental, pero factores como el estrés, la mala alimentación o la sobreestimulación digital pueden deteriorarlas. En esta guía actualizada con métodos avalados por neurocientíficos y psicólogos, descubrirás técnicas efectivas, suplementos respaldados por la ciencia y hábitos cotidianos para potenciar tu capacidad cognitiva.

En Balance Spa Colombia, combinamos años de investigación en bienestar integral con soluciones prácticas. Por eso, aquí no solo encontrarás teoría: te diremos qué suplementos naturales funcionan (y cuáles son mitos), cómo diseñar una rutina de «brain training» o entrenamiento cognitivo adaptada a tu estilo de vida, y hasta rituales aromaterapéuticos para estimular la claridad mental. ¿Lista para mejorar memoria y concentración? 🙋

¿Qué es la memoria?

La memoria es mucho más que un simple almacén de información, es la capacidad del cerebro para codificar, almacenar y recuperar datos e información. Se divide en varias etapas: la codificación, donde se adquiere la información; el almacenamiento, donde se guarda, y la recuperación, donde se accede a esa información almacenada. Es un proceso que involucra la colaboración de diversas áreas del cerebro y puede ser influenciado por varios factores, como la edad, la salud mental y física, y el entorno.

Es un proceso complejo que implica diversas áreas del cerebro y varios tipos de memoria que trabajan en conjunto para recordar hechos, experiencias pasadas, habilidades aprendidas y más. Una función esencial para nuestro aprendizaje, nuestro trabajo y nuestras relaciones personales. La memoria no es un «disco duro» pasivo, sino un sistema dinámico donde el cerebro codifica, almacena y reconstruye recuerdos cada vez que los usamos.

Un estudio de Nature (2024) describe cómo el hipocampo almacena fragmentos sensoriales que luego se integran con esquemas neocorticales, lo que da lugar a una reconstrucción influenciada por emociones y contexto actual ¡nuestra mente edita mejor que CapCut!.

Imagínalo así: cuando aprendes algo nuevo (como un número de teléfono), tus neuronas crean conexiones llamadas «sinapsis». Cuanto más repites esa información, más fuerte se vuelve ese «puente mental». Pero aquí está el dato clave: el 40% de esos recuerdos se pierden en los primeros 20 minutos si no los consolidas ¡como perder un archivo no guardado!.

La ciencia 🔬 detrás de tu «Google personal» 🧠:

  • Ejercicio, memoria e hipocampo: Tu cerebro se reconfigura constantemente. Un estudio de Harvard (2023) demostró que adultos practicantes de ejercicios moderados o intensos unas cuatro veces por semana aumentaron su volumen hipocampal (el «GPS» de los recuerdos).
  • Memoria = Electricidad + Química: Cada recuerdo es un patrón de impulsos eléctricos entre neuronas, reforzado por sustancias como el BDNF, el llamado «fertilizante cerebral». Estudios han demostrado que niveles bajos de BDNF se relacionan con una menor capacidad de recordar. National Library of Medicine (.go)

¿Por qué esto te importa? Si eres una mujer multitarea (multitasking), estudiando, trabajando, criando y gestionando una relación, entender cómo funciona la memoria te ayuda a:

  1. Optimizar tu tiempo: Los recuerdos se fijan mejor al repetirlos en intervalos (técnica spaced repetition).
    Ejemplo: Revisa información nueva a las 24h, 7 días y 30 días después de aprenderla.
  2. Elegir suplementos inteligentes:
    • Omega-3 (aumenta BDNF, el «fertilizante cerebral»)
    • Bacopa monnieri (mejora la retención, según Frontiers in Pharmacology)

Tip Balance Spa: Combina los suplementos con 20 minutos de meditación diaria para mejorar memoria y concentración.

¿Cuáles son los tipos de memoria?

Ahora, si realmante deseamos mejorar memoria y concentración es necesario que nos adentremos en los diferentes tipos de memoria y exploremos cómo cada uno de ellos contribuye al funcionamiento integral de este importante proceso cognitivo. Continúa leyendo para que revisemos como cada tipo de memoria desempeña un papel fundamental en nuestra vida diaria.

La memoria se divide en tres tipos principalmente:

  1. Memoria Sensorial: retiene la información de nuestros sentidos por un breve período.
  2. Memoria a Corto Plazo: almacena información durante un período de tiempo breve, de unos segundos a unos minutos.
  3. Memoria a Largo Plazo: almacena información durante un período de tiempo prolongado, de días a años.

La memoria sensorial es la etapa inicial del proceso de memoria donde se recopila información sensorial del entorno. Esta forma de memoria tiene una capacidad muy limitada en cuanto a la duración del almacenamiento de la información, pero es fundamental para el funcionamiento cognitivo. Se divide en dos componentes principales: la memoria sensorial icónica (visual) y la memoria sensorial ecoica (auditiva).

  • Memoria sensorial icónica: Se refiere a la memoria visual y retiene la información por fracciones de segundo después de que se ha percibido una imagen. Por ejemplo, cuando ves una imagen por un breve momento, aunque desvíes la vista, esa imagen persiste en la memoria sensorial icónica antes de ser procesada o desaparecer.
  • Memoria sensorial ecoica: Esta forma de memoria retiene la información auditiva por unos segundos después de que se ha escuchado un sonido. Por ejemplo, cuando escuchas una palabra y repites mentalmente lo que acabas de oír, eso es parte de la memoria sensorial ecoica.

La función principal de la memoria sensorial es actuar como un almacenamiento temporal que filtra y selecciona información relevante para procesarla más profundamente o descartarla si no se considera importante.

Esta etapa es crucial para permitir que el cerebro seleccione y procese lo que es necesario recordar y lo que no, trasladando selectivamente esta información a etapas de memoria de almacenamiento más prolongado, como la memoria a corto plazo o la memoria a largo plazo.

La memoria a corto plazo es necesaria para tareas como recordar una lista de compras, seguir instrucciones, recordar números de teléfono o retener información nueva.

La memoria a largo plazo es necesaria para tareas como recordar fechas importantes, información personal, aprender un nuevo idioma o recordar los conocimientos adquiridos. La memoria a largo plazo se divide en varios tipos:

  • Memoria declarativa: almacena información factual, como nombres, fechas y hechos.
  • Memoria procedimental: almacena información sobre cómo hacer cosas, es la memoria de las habilidades y destrezas, como manejar un carro, tocar un instrumento musical o recordar como preparar un rico plato.
  • Memoria semántica: almacena información sobre el mundo, como el significado de las palabras y las relaciones entre los conceptos, recordar cosas como la capital de Francia o la fórmula de la gravedad.
  • Memoria episódica: almacena información sobre eventos específicos que han sucedido en nuestra vida, por ejemplo, una fiesta o un viaje.

¿Por qué se deteriora la memoria? Causas según la ciencia

¿Te ha pasado que entras a una habitación y olvidas qué ibas a buscar? o ¿estás hablando y te cuesta encontrar la palabra exacta? No estás sola. La pérdida de memoria y la dificultad para concentrarse no son exclusivas de la vejez : también afectan a mujeres jóvenes, trabajadoras, estudiantes y profesionales que viven a mil por hora.

En Balance Spa Colombia, donde combinamos ciencia, belleza y bienestar, profundizamos permanentemente en: ¿por qué se deteriora la memoria? ¿Qué nos dice la ciencia? ¿Podemos hacer algo para mejorar memoria y concentración?. Spoiler: sí, puedes hacer algo al respecto. Y no, no necesitas volverte una monja del mindfulness para lograrlo ☺️.

Para entender por qué olvidamos, hay que conocer cómo funciona la memoria. Nuestro cerebro es como un sistema de archivos digital: recibe información, la procesa y la guarda (o la desecha). Pero a diferencia de un disco duro, este sistema depende de factores biológicos, emocionales y ambientales. La memoria se construye a través de conexiones neuronales que se fortalecen con la repetición y la atención. Si estás cansada, estresada o multitasking al extremo, no puedes mejorar memoria y concentración, de hecho, las conexiones neuronales simplemente no se consolidan, pero tenemos buenas noticias, continúa leyendo para que las conozcas.

A nivel neurobiológico, áreas como el hipocampo y la corteza prefrontal juegan roles clave. Y sí, los estrógenos también afectan tu memoria: por eso muchas mujeres notan cambios cognitivos durante el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia.

Edad y cambios neuronales

Con los años, el volumen cerebral disminuye, sobre todo en áreas vinculadas con la memoria. Pero eso no significa que sea irreversible: la plasticidad cerebral nos permite seguir creando nuevas conexiones neuronales hasta edades avanzadas… si las entrenamos.

El cerebro maduro tiene su propia sabiduría: aunque pierde volumen físico, especialmente en el hipocampo (nuestro «disco duro» de memorias), gana en eficiencia.

Hipocampo

Es como pasar de un computador de escritorio a un portátil ultraligero: menos tamaño, más optimización. La plasticidad neuronal (esa capacidad de reinventar sus circuitos) no es un superpoder exclusivo de los jóvenes. Estudios en neurogénesis demuestran que incluso a los 80 años podemos cultivar nuevas neuronas... pero hay una condición: necesitan «ejercicio».

Aprender idiomas, tocar instrumentos o incluso navegar en apps desconocidas son como pesas para mejorar memoria y concentración. El declive no es obligatorio; es solo un mito que se derrumba con cada neurona que desafías.

Salud física y sueño

Dormir mal afecta directamente la memoria y la concentración. Mientras duermes, tu cerebro consolida los recuerdos del día. Saltarte el descanso profundo es como apagar la computadora sin guardar los archivos.

Además, enfermedades como diabetes, hipertensión o desequilibrios hormonales (síndrome de ovario poliquístico, por ejemplo) también pueden afectar la claridad mental.

Durante la fase REM, tu cerebro realiza un «reseteo biológico»: elimina toxinas acumuladas (como proteínas beta-amiloides vinculadas al Alzheimer) y reorganiza la información en redes neuronales más eficientes.

Numerosos estudios muestran que dormir menos de 6 horas por noche durante varios días reduce significativamente la capacidad de retención de nuevos aprendizajes. Un meta-análisis reveló una pérdida notable en formación de memoria tras restricciones crónicas de sueño, y revisiones apoyan que las funciones de memoria de trabajo y consolidación se ven gravemente afectadas.

Para potenciar este proceso, prioriza ciclos completos de sueño (90 minutos cada uno) y evita pantallas 2 horas antes de dormir: la luz azul suprime la melatonina, la hormona que te sumerge en el descanso profundo.

La diabetes y la hipertensión no solo dañan órganos, son « ladrones silenciosos de claridad mental ». El exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia) inflama el hipocampo, mientras que la presión arterial alta reduce el flujo sanguíneo cerebral.

Aquí está el dato alarmante: personas con SOP tienen 4 veces más riesgo de niebla mental debido a la resistencia a la insulina, que limita la energía disponible para las neuronas.

La solución integrada: una dieta antiinflamatoria (rica en omega-3 y antioxidantes) + monitoreo médico muestra efectos significativos en la reducción de inflamación (medida por CRP, TNF‑α) y puede ayudarte a mejorar memoria y concentración revirtiendo de forma relevante los efectos nocivos en la memoria y función cognitiva según la revisión sistemática y metaanálisis (Scientific Reports, 2019).

Estrés, ansiedad y emociones

Tu cerebro no puede concentrarse ni memorizar si está en modo «alarma». El cortisol, la hormona del estrés, literalmente bloquea la formación de nuevas memorias. Por eso, cuando estamos abrumadas, la mente se siente «nublada».

El modo «alarma» de tu cerebro es un legado evolutivo brillante: durante milenios, esa descarga de cortisol nos salvó de depredadores y amenazas inmediatas, agudizando los sentidos para la supervivencia.

El problema moderno? Hoy activamos ese mismo sistema por juntas laborales, desacuerdos familiares, tráfico o redes sociales, como si un león invisible nos persiguiera diario. Sin peligro real que justifique el desgaste, el cortisol se vuelve un sabotaje: nubla la mente, impidiendo mejorar memoria y concentración, minimizando tu capacidad de aprendizaje y acelerando el envejecimiento celular.


La buena noticia es que puedes «resetear» este circuito: técnicas como la respiración diafragmática, respiración consciente o la meditación engañan al cerebro para que baje la guardia. ¿La meta? Usar el estrés como herramienta puntual, no como estado permanente.

Factores nutricionales y enfermedades

Déficits de vitamina B12, omega-3 o hierro pueden alterar la función cognitiva. Lo mismo ocurre con ciertas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, pero también con el abuso de alcohol, el consumo de mariguana, sedentarismo o el uso excesivo de pantallas.

La vitamina B12 es el combustible invisible de tus neuronas: su déficit (común en dietas veganas no suplementadas o personas con malabsorción) se asocian con deterioro en la memoria verbal, según estudios de la American Journal of Clinical Nutrition.

Los omega-3, por su parte, son los «antiinflamatorios naturales» del cerebro: el DHA representa el 30% de la materia gris y su carencia acelera el envejecimiento neuronal. ¿Un truco infalible? Combinar alimentos ricos en hierro (como espinacas) con vitamina C (pimientos) para multiplicar su absorción y evitar la niebla mental por anemia.

El Alzheimer no es solo genética, la reserva cognitiva se construye con hábitos. Un estudio publicado en PLOS ONE demostró que el comportamiento sedentario se asocia con una reducción en el volumen del lóbulo temporal medial (incluido el hipocampo) a lo largo de cinco años en adultos mayores, indicando una relación directa entre sedentarismo y atrofia de ese centro de la memoria.

Además, mantener una vida activa, estimulada social e intelectualmente, contribuye a proteger ese volumen hipocampal, a crear una reserva cognitiva que frena el deterioro y por lo tanto, ayuda a mejorar memoria y concentración.

El alcohol, en cambio, actúa como un «borrador químico»: más de dos copas diarias dañan la conectividad neuronal. Pero hay esperanza: el ejercicio aeróbico (caminar rápido 30 min/día) aumenta el BDNF, una proteína que estimula el crecimiento de nuevas neuronas, incluso en etapas tempranas de deterioro cognitivo.

El consumo frecuente de marihuana, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes, tiene un impacto documentado en la memoria y la cognición.

Los cannabinoides como el THC alteran la función del hipocampo (el centro de control de la memoria) reduciendo la capacidad para formar nuevos recuerdos y recuperar información almacenada.

Estudios longitudinales publicados en JAMA Psychiatry revelan que consumidores de marihuana presentan un volumen hipocampal significativamente menor, junto con déficits en memoria verbal y aprendizaje visuoespacial.

El efecto es particularmente pronunciado cuando el consumo comienza antes de los 25 años, edad en la que el cerebro aún completa su desarrollo. Sin embargo, el panorama no es completamente negativo. Investigaciones recientes sugieren que muchos de estos efectos pueden ser reversibles tras periodos prolongados de abstinencia (12+ meses).

La clave está en la neuroplasticidad: al suspender el consumo, el cerebro puede reestablecer parcialmente las conexiones neuronales afectadas, especialmente si se complementa con ejercicio cardiovascular y estimulación cognitiva.

No obstante, en casos de uso intensivo a largo plazo, algunos déficits en funciones ejecutivas (como planificación y toma de decisiones) pueden persistir.

El uso excesivo de pantallas no solo fatiga tus ojos, secuestra tu atención profunda. La luz azul inhibe la melatonina (afectando el sueño reparador), mientras que el multitasking digital sobrecarga la corteza prefrontal, reduciendo cualquier posibilidad de mejorar memoria y concentración.

La solución no es satanizar la tecnología, sino usarla con inteligencia: la regla 20-20-20 (20 min de pantalla, 20 segundos mirando a 6 metros) y «ayunos digitales» de 1 o 2 horas antes de dormir pueden resetear tu cerebro.

La regla 20-20-20 es un método súper sencillo para reducir la fatiga visual y el estrés cerebral causado por las pantallas. Aquí te la explico como si fuera una receta:

  • Cada 20 minutos de mirar pantallas (celular, compu, TV)…
  • Desvía la vista durante 20 segundos…
  • Y enfoca un objeto a 6 metros de distancia (como un árbol por la ventana o un cuadro al fondo del pasillo).

Tus ojos usan músculos para enfocar (como un lente de cámara). Al mirar pantallas cerca por horas, esos músculos se «atoran» en modo cercanía, como un calambre ocular 😵, puedes evitarlo tomando descansos cada 20 minutos.

Los 20 segundos de descanso le dan chance a tus ojos de «resetearse», evitando visión borrosa, ojos secos o dolores de cabeza. Los 6 metros son la distancia mágica que relaja totalmente el enfoque.

Ejemplo: Estás trabajando en tu laptop → Pon una alarma cada 20 min → Miras por la ventana a ese edificio lejano (20 seg) → Vuelves fresca. ¡Ayudas a mejorar memoria y concentración, evitas el «modo visual zombie»!.

Tip Balance Spa: Si quieres potenciar el efecto, parpadea 10 veces rápido en esos 20 segundos, ¡así hidratas los ojos! 👀.


¿Por qué se llama 20-20-20? ¿No debería ser 20-20-6? ¡Ah! Comprendo 😆, la pregunta viene porque el nombre de la regla «20-20-20» no coincide literalmente con los 6 metros, sucede que la idea es tratar justamente de memorizar a través de un juego de números pegajosos. Pero técnicamente, sí debería llamarse «20-20-6» (aunque no suena tan cool).

Los 6 metros son 20 pies, distancia a la que debes mirar (en países métricos como Colombia, 6 metros ≈ 20 pies, por eso el «20» del inglés) y «20-20-20» es más fácil de recordar, rima y esta regla nació en EE. UU., donde usan pies (20 ft = 6 m).

¿Qué hábitos nos ayudan a mejorar memoria y concentración?

En Balance Spa siempre decimos que para mejorar memoria y concentración el autocuidado debe incluir al cerebro. Leer, jugar ajedrez, escribir, armar rompecabezas, aprender nuevas recetas o usar apps de memoria como Lumosity o Elevate hacen maravillas. ¿Tienes 10 minutos al día? Perfecto. Esa constancia vale más que una sesión maratónica al mes, por ahora, continuemos profundizando en el resto de los hábitos que te recomiendo para potenciar nuestra memoria y concentración.

Existen estrategias prácticas que pueden ser útiles en el día a día. La organización y planificación son fundamentales; establecer metas claras y dividir las tareas en partes más pequeñas facilita el proceso de memorización.

Usar papel y lápiz no es retro, es neuroefectivo. Escribir refuerza la memoria kinestésica. Y técnicas como Pomodoro (25 minutos de trabajo + 5 de pausa) ayudan a mejorar memoria y concentración, evitando además, el agotamiento cognitivo.

La técnica del mapa mental, que utiliza imágenes, colores y esquemas para organizar ideas, puede ser un gran aliado. Además, el uso de mnemotécnicas, como acrónimos o asociaciones visuales, puede ayudar a recordar información de manera más efectiva.

Crear un entorno libre de notificaciones y sobrecarga sensorial también es clave: tu cerebro necesita espacio para pensar.

Otro aspecto no menos importante es la alimentación, el ejercicio y el descanso. Una alimentación consciente y balanceada, rica en antioxidantes y ácidos grasos omega-3 (frutas, verduras, cereales integrales y mariscos) puede favorecer la salud cerebral.

El ejercicio cardiovascular aumenta el flujo sanguíneo al cerebro. Basta con 30 minutos de caminata diaria para mejorar la memoria y la concentración. Y si quieres entrenar tu cerebro, no solo hagas crucigramas o sudokus: aprende un idioma, cambia la ruta al trabajo, baila ritmos nuevos. Todo lo que saque a tu mente de la rutina, la activa.

Asimismo, el descanso adecuado es esencial para consolidar la memoria, 💤 dormir entre 7 y 9 horas diarias ayuda a mejorar memoria y concentración, mejora el estado de ánimo y minimiza riesgo de deterioro neuronal. Si no logras conciliar el sueño, prueba rutinas de higiene del sueño: luces bajas, evitar pantallas antes de dormir y usar aceites esenciales relajantes como lavanda.

¿Qué puedo tomar para mejorar memoria y concentración?

Hay una serie de suplementos que pueden ayudar a mejorar memoria y concentración, como la ginkgo biloba, el ginseng y el aceite de pescado. Sin embargo, es importante consultar con un médico antes de tomar cualquier suplemento.

  • Ginkgo biloba: esta hierba se ha demostrado que mejora la circulación sanguínea al cerebro, lo que puede ayudar a mejorar la memoria y la concentración. Se ha demostrado que mejora la función cognitiva en personas con demencia. Te recomiendo el Bronson Ginkgo Biloba 500mg Extra Strength, este suplemento de ginkgo biloba está elaborado con extracto de hojas de ginkgo biloba de alta calidad, sin gluten y libre de organismos modificados genéticamente.
  • Omega-3: este ácido graso omega-3 se encuentra en los pescados grasos, como el salmón, la trucha, linaza y chía. Se ha demostrado que ayuda a mejorar memoria y concentración en personas mayores. Mi recomendación en este caso sería el NOW Foods Omega-3 1000mg, suplemento nutricional de Omega-3 hecho de concentrado de aceite de pescado natural y fabricado bajo estrictos estándares de control de calidad.
  • Vitamina B12: la vitamina B12 es esencial para el funcionamiento cerebral y se ha demostrado también que ayuda a mejorar memoria y concentración. Los suplementos de Nature’s Bounty son una excelente línea de productos, todas las mujeres deberían tomar vitamina B12 y claro que te recomendaré los Comprimidos de B12 de Natures Bounty.
  • Vitamina E: presente en alimentos como los frutos secos.
  • Antioxidantes: presente en alimentos como los frutos rojos, cúrcuma, té verde.
  • Proteínas: presente en huevo, tofu, pescado, carne magra.

Además de los suplementos, también hay una serie de alimentos que pueden ayudar a mejorar memoria y concentración, como las frutas, las verduras, los frutos secos y las legumbres. Estos alimentos son ricos en nutrientes esenciales para el cerebro, como las vitaminas, los minerales y los antioxidantes.

Evita los picos de azúcar que provocan niebla mental. Prioriza comidas equilibradas, hidratación y snacks funcionales como nueces o chocolate 80% cacao.

Desde Balance Spa Colombia recomendamos integrar alimentos que beneficien tanto tu cuerpo como tu mente. Belleza y bienestar, siempre de la mano.

Consejos para mejorar memoria y concentración en las Chicas

No lo decimos solo nosotras: la ciencia confirma que la interacción social estimula el cerebro y ayuda a mejorar memoria y concentración. Conversar, reír, compartir experiencias activa múltiples áreas cognitivas. Además, emociones positivas como gratitud y alegría mejoran la retención de información. El equilibrio emocional es esencial para el bienestar mental, ¿Quieres más consejos efectivos para mejorar memoria y concentración? Te los resumo aquí.

  • Cuídate a ti misma. Come una dieta saludable, haz ejercicio regularmente y duerme lo suficiente.
  • Evita el estrés. Encuentra formas de reducir el estrés en tu vida, como la meditación, el yoga o el ejercicio.
  • Aprende a relajarte. La relajación ayuda a reducir el estrés y mejora el funcionamiento cerebral. Prácticas como la meditación, la respiración consciente, el journaling o los espacios de autocuidado no son lujos, son herramientas necesarias para mejorar memoria y concentración.
  • Mantente activa mentalmente. Participa en actividades que te desafíen mentalmente, como leer, aprender un nuevo idioma o jugar juegos de mesa.
  • Busca apoyo. Si notas olvidos frecuentes, dificultad para encontrar palabras, o confusión en tareas cotidianas, es buena idea hablar con un profesional de la salud. Un chequeo médico puede descartar causas orgánicas y ayudarte a tomar decisiones informadas. La detección temprana es clave para prevenir problemas mayores.

Siguiendo estos consejos, puedes mejorar memoria y concentración, por lo tanto, mejorar el rendimiento en tu ejercicio profesional, tus estudios y tu vida personal.

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1 comentario
  • Balance Spa Colombia
    Balance Spa lunes, 30 junio, 2025

    Yo también olvidaba dónde dejaba las llaves 🤭 hasta que implementé estos hábitos.
    ¿Cuál será tu primer paso para mejorar memoria y concentración? 🚀
    ¿El método 20-20-20 para pantallas?
    ¿Suplementos como omega-3?
    ¿O tal vez reinventar tus horas de sueño?
    Cuéntame abajo 👇 y te ayudo a personalizar tu rutina.
    ¡Todas y todos nos merecemos una mente poderosa! 💪

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